...Y cuando llegó el duende convirtió lo paranormal en cotidiano.
Con su bolsita de afán echó miserias a la sopa y se apropió de mi casa.
Las hortalizas perdieron el precio y fueron cambiadas por
malabares.
_¡No lo culpes! _exclamó Paciencia.
_Dentro de un caimán perdió su varita mientras odiaba al gigante, y
fue salpicado sólo con pan. Repartía optimismo hasta que su luz se
cansó... ¡Y así está de loco!
_Lo sé, Paciencia, lo sé.
_Duende, ¿queda más sopa?
¿Qué sería de la Humanidad sin la Santa Paciencia?
ResponderEliminar¿Y si no quedara siquiera la sopa???