jueves, 29 de diciembre de 2011

2012

 Un día me encontré en el año 2012. Desde el sofá seguí mentalmente la cuenta regresiva hacia el “Supercaos”: un nuevo paso hacia el teatro de la Humanidad. Los mayas, que nos tuvieron acojonados durante doce siglos, habían sido retomados el último año y, como una jaqueca, la prensa lo exageró. Estaba tumbado porque era un día, como otros, sin gasolina. Aferrado a una cerveza, y esta aferrada a la vida, me masturbaba con la oferta matinal de cuentos.
Los comerciales a veces tocaban mi puerta con un presentimiento. Sí, estudiaban el mejor momento para interrumpirlo. Solía esconderme cuando me atracaban, otras veces, me adelantaba e iba a cagar. No sé qué tiene la vida para que la gente se quiera salvar “solidariamente”.
La Iglesia también se mojó con el fenómeno y respondió con la quema de más justos. El Papa en ese período radicaba en una isla del Caribe y, para aprovechar la visita, se lavó las manos con el manual. Los Testigos de Jehová tenían hechas las maletas y, de forma colectiva y organizada, embarcaron en el Titanic con una burla hacia la tierra, para no volver. Era genial la expresión de la Duquesa del Crepúsculo, siempre he creído que llevó consigo a uno más joven. Espero que los gusanos del golfo también se aventuraran al mar o al norte. No se sabe: dudo que se hayan enterado del Armagedón, aunque dicen que Dios está en todos los sitios.
En eso tiré de la cadena y volví al sofá. De pronto, todo se iluminó. El silencio fue tiroteado con gritos y mi perro abrió un poco los párpados. Tanto él como yo, creímos que se trataba del vecino árabe. Antes lo habíamos visto sacar un arma a un borracho que confundió nuestra escalera con un prostíbulo pero, para hacer ese escándalo, el tío necesitaría un tanque. No era mi vecino. Lo descarté cuando la cosa se puso letal y comenzaron a salir langostas, sapos y políticos. La Estatua de la Libertad se derrumbó, una vez más, y la Plaza de la Revolución la miró sentada.
Los políticos eran los más peligrosos. En media hora se habían comido a los sapos y, una hora después, también a las langostas. Por suerte, el cristal los mantenía fuera.
No quise salir corriendo. Sólo estaba dispuesto a levantarme para ir a por otra cerveza.
El mundo manifestaba rigor mortis mientras los necrófagos cenaban en los cementerios. Un gorrión de mirada roja entró por la ventana y se cagó justo en la ranura de apoyar los cigarros del cenicero. Después, marchó tras ver mi intención de preparar una sopa con él. Había pensado usar la receta tradicional.
En eso, el cielo cambió su trapito azul para vestir de rojo-marrón. Sabía que allá arriba, por muchas estrellas que encendieran, no había más que mierda. Así que, con un bostezo sin censura, bajé la persiana dejando solamente una brecha por si las moscas.
El Apocalipsis estaba bien logrado. La matanza en la calle casi me asustó cuando la vi pero, igual que en otras guerras, la inteligencia nacional había asegurado que se trataba de sangre de simios. Yo lo creí, aunque pensé que algunos monos estaban muy desarrollados.
En ese tiempo estaba demostrada la eficacia de la barrera humana. Por ejemplo: el Vaticano tapó la cúpula con más culpables, una caja de chocolate y una virgen para aplacar la furia de Dios.
El ejército, que no creía en la prudencia, llenó de balas al pueblo para cortar por lo fácil. Los Estados Unidos no faltaron a la fiesta y le mandaron a Rusia diez ojivas nucleares contra reembolso, -una por cada mandamiento- y Rusia le pagó con creces en base al coste del barril. España, que estaba en medio de los matamoscas, revoloteaba con la esperanza de una ayudita de Alemania. Todo estaba jodido y la crisis empeoró.
Ya en la tarde, tenía la desgracia divina en mi salón y la tele pasó un anuncio de viagra con las fotos del antes y el después. En otras circunstancias hubiera salido a comprarlas ya que la muerte es dulce si se recibe firme. Pero era un honor extremadamente caro. Al rato volvió a transmitir en directo cómo un grupo de valientes asustaba con huevos a los políticos. El ejercito, que ya estaba caliente, también arremetió contra ellos por desorden público.
¡Cuánto abono nos echaron los mayas encima, profética-mente nos habían llevado a la arena! Sí, a pesar de que algunos se unieran para sobrevivir, era una guerra sin cuartel donde Dios, hombres y publicistas querían proteger sus bienes, aunque Dios en particular, sólo quería cargar con su churri, cosa que me alegra. ¡Lo último que necesitábamos era un nuevo bastardo!
En eso, mi madre me preguntó si era buena la película.
  “Sí, es la nueva de Salamandro” -le respondí.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Urbano


Un día perdí la gloria y desperté vagabundo. Yo, que era plástico e intolerante, con un ramalazo galante a la ruina me fui. No dije que fuera el mejor, pero pocos habían con tantos usos.
 ¡En todos los sentidos!
 Mi castigo fue la sombra. Tantas veces estuvo mi cuerpo expuesto al alcohol, que el panorama de fiesta dibujado en mi entorno nubló mi atención. Se acabaron los buenos cuidados, las compañías de uso y los trapos limpios. 
 ¡Había perdido la felicidad!
 En la calle vivía de lo que me daban por el día y quitaban por la noche. Como estaba en un lugar céntrico conseguía de todo. Repito: todo, porque iba desde la mierda hasta el pastel de cumpleaños, de una gordita de quince años que por complejo se lo perdió.
 ¡Era de chocolate!
 Desgraciadamente y, como cada noche, pasaron aves rapaces con más volumen que yo, dejándome del pastel sólo una mancha en la boca.
 ¡Cada día me iba peor!
 El estado, que siempre mejora su servicio, dobló la ración de buitres para presumir de calle limpia, y mi paz que estaba muerta, de un ataque explotó.
 Una mañana sin previo aviso me cambiaron de lugar. Yo resistí. Era mi sitio.
 ¡Sólo ese era mi sitio!
 La respuesta fue con fuerza y desde el suelo, pateado por todos los lados, me arrastraron hasta un nuevo lugar. Otra vez la suerte me había escupido. Limitado por una cerca que, además, apretaba un parque. Si hubiese estado más adelante bajo la sombra del árbol…
 ¡Mi piel no se hubiera cuarteado!
 Los niños me tiraban piedras como el que mata a una puta y es celebrado por Dios, y los padres, que iban de amantes, dispararon el chicle contra mi cara verde.
 En eso volvió el camión de la basura, y con la misma historia me vació.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Tensión superficial

la familia acepta cosas
según el grado del crimen
                                        -una encima de otra-
y baja con arraigo la escalera de facturas
plasmarostro.

                                                   ¿
                                                           dónde
                                                                             caen
                                                                                         nuestras
                                                                                                          piedras
                                                                                                                               ?
                                                                                                               ¡háblame de tu charco!   

lunes, 5 de diciembre de 2011

Fragmento de: Crónicas pornográficas de tres vecinos en la tierra

la mujer del vestido invisible

-se oculta la bella
         en opaca protección.
células de más
alborotan la ola
                      del conflicto adiposo.
¿qué vagabundo rechazará la ofrenda
del cuerpo incomprendido?

no se vio con amor.
no alcanzó la gracia:
          noventa sesenta noventa.

-¡jodidas anoréxicas de pasarela!

traidores son
los grandes espejos que no puedo romper.
   prometen
         prometen
y yo
sigo sin ver nada
                 de eso interior que tanto promulgan.
beberé hasta derrocar
el canuto que dibuje mi reflejo.
           estoy desnuda
           necesito amor.

-sobresale la orquídea
si abre las piernas
a compás del dedo de los cisnes.

-¿por qué gimes
        quimera de placer húmedo?
has comenzado a amarte
sentada frente a mí.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Fragmento de: "Cuentos"

Génesis

Un día me desperté y no me podía mover. Traté con todas mis fuerzas de estirarme pero oye, no había manera de conseguirlo. En eso un aire entró por la ventana y zarandeó un poco uno de mis brazos, entonces entendí todo; ¡era una marioneta! El aire trajo una mosca que no paraba de burlarse de mí. Me hacía cosquillas detrás de la oreja, en la planta de los tres pies (al menos eso ella pensaba) hasta que después de entretenerme toda la mañana y, menos mal, ya no la soportaba; decidió descansar en la punta de mi nariz. Al rato entró otra mosca y empezaron a discutir. “¡La nariz es mía!” -dijo una. “¡Yo llegué primero!”   -dijo la otra. Como se hacía de noche y quería dormir les dije que mi nariz era de las dos.
Al día siguiente, no parecían enfadadas. Bueno, eso pensé al verlas despertar con buena cara y muy acurrucadas bajo la manta que habían tejido con sus alas. Pensé: “¡oh, mala señal, parece que ya no se van!”. Efectivamente, se instalaron en mi nariz y aunque volvió el aire que las trajo, ellas no se fueron. Con el tiempo les cogí cariño y les organicé el espacio. Les dije que usaran la punta de mi nariz para sus necesidades y que no me pusieran trastos bajo los ojos, ya que sin poder moverme, lo menos que podían hacer para conmigo, era que fueran ordenadas y no me taparan la vista. Ellas me hicieron caso, no querían enfadarme. Después de todo, se conocieron gracias a mí. Con los días aparecieron los huevos, después las larvas y poco a poco una civilización. A las primeras les puse de nombre Adán y Eva. Al resto les decía tú, ese, esa, el feo, la guarra, la mosquita muerta y el moscón entre otros. Con el tiempo nos dimos cuenta que ya no quedaba espacio, entonces les dije como ganar terreno con las heces, cosa que había visto hacer antes. Lo importante era que la mierda estuviera seca. Daba igual si era gris, marrón o verde. Así que le concedí títulos de arquitectura a las dos más inteligentes y un grupito de veinte aprendieron a hacer la mezcla. En poco tiempo construimos una ciudad. Les hablé del dinero y de cómo hacerlo a partir de  la secreción de mi nariz, cosa que mejoró mi calidad de vida, ya que tenía la nariz tupida entre el peso de la ciudad y los mocos.
Una mañana apareció un sapo en la ventana haciendo trucos de magia. Las moscas lo vieron hermoso y colorido, así que edificaron una casa para él. Con el tiempo le llamaron Dios y le visitaban los domingos. Yo les dije que tuvieran cuidado, que por ser sapo no iba a ser perfecto y, mucho menos, bueno.
Tiempo después no quedaban moscas, ni sapo, ni diversión. Sólo quedó, una gigante ciudad de mierda en mi nariz.

martes, 15 de noviembre de 2011

Amorfosis de un cuarto de carne

el tiempo corre tras mis pasos
como ficha de dominó
atentada contra el suelo
                               y oculta el rastro de heces
 que junto la ortodoncia
                               escondí de las fotos.
el tiempo ya sacó
mi frente de las nubes
para maquillarla entre el barro y el mejor postor
                             ese que inventamos en una crisis de auto-estima.
 me dio  post it´s
para llevar mandatos
además del impuro esfuerzo
                                                         por vivir.
también fue el tiempo
quien me trajo de cabeza
                        en buena medida.
entre contracciones y lluvia.
ha sido entretenido
apretar el oxígeno
                     ante las fosas que me incluyen.
no puedo decir
que la inmersión fue sufrida a placer.
no
es obra del tiempo
o tal vez
                        de mi patria
no sé.
la bombilla se ahorra
alumbrar más lejos que la torcedura de mi espalda.
no basta escribir el segundo feliz
oculto en esta línea
                                                                           el tiempo le absorbe.
si rebusco en los recuerdos
de la ebria
memoria familiar
                 sólo encuentro el anzuelo
tirando de mi labio (que es inferior)
y cómo 
de forma grotesca
lleva mis años al follatorio
                               anno dopo anno
                                                          a capricho del tiempo.
¡soy culpable
                  le exijo el perdón!
no tengo más
que comida en mis entrañas
                     colgadas en la pared.
es extraño esperar la picadura de mosquito
                      que a mala gana
el tiempo suele propinar.
la mejor labor en mi venida
              retuerce la sonrisa contemporánea.
ésta que en forma de plástico
                        pulula la barra del péndulo
hasta aplacar mi erección.
esos que dicen ser peligrosos
                     más que Dios y el sacrilegio que cometo
al ser vacunado de simplezas.
pueden usar su tiempo
en extender facturas
bajo el impuesto de la vida.
más el plus
de una libertad absurda
entre cometas propagandistas
                            con más o menos hilo
atado a nuestro cuello
                             para desangrarnos en la anemia moral.
pero así
                          a pesar de no tener un yate
que me aleje de estos tiempos de diluvio.
 arrastro la cruz húmeda
               (pero no cristiana)
sobre las marejadas que aliñan mi condición
de oveja negra.
y más temido que el silencio
canto:
                          ¡feliz cumpleaños a mí!
                                                                         ¡A mí!
                                                                         ¡A mí!...
                                                                                                                  Grasa bendita.
                                                                        



lunes, 7 de noviembre de 2011

Reflexión de un "no-muerto"

 Dice una amiga, a la cual respeto, que los salvajes y despiadados rebeldes, partícipes de la ceremonial paliza sufrida por Gadafi tras ser obsequiados con un “jaque mate divino” por no decir abiertamente “antojo cruel de nuestro Alá”, inyectaron dolor entre el fusil y las manos para quitar el sanguinario cardo de cuatro décadas apocalípticas. Incluso, fue objeto de la rebeldía, depurar la memoria ante la violación de la bandera, ya profanada por el autoproclamado "mesías" al justificar su odio. No sé si la muerte incluye sobrenombres tan redundantes como el poder.  Este, sólo cambia de cuerpo e idioma. Seguro mi amiga sería necesaria para el hombre vivo, en múltiplos o más. Corazón tan latente y atrevido como el suyo, que guarda compasión a borbotones pero nada de rencor, es difícil de conseguir, aún inmerso en las prisas de un trasplante. No fueron fabricados en serie. Yo no fui capaz de forzar lágrima alguna ante la caída de este depredador, tampoco la risa se me escapó cuando mi inquisidor particular intentó romper su infinita línea de discurso con un chiste (revolucionario) y, aunque fui reprimido por los directores, las tantas veces que no aplaudí nuestra desgracia, jamás bajé la cabeza.
  Yo nací en el país del “nunca serás”, tal vez por eso llevo en la mente veinte años más de los que aparento. Logré escapar subido en la piedra que lanzó David, pero la cagué mientras caía o todo estaba jodido.  Goliat persiste en su minuciosa y aplastante labor dondequiera que intento esconderme.  Él me pisotea junto a la carne del resto.
 Para responder a mi amiga, sin ánimo de asustar, en las fotos de refrigerio (tragadas en CNN: los imparciales) encontré en la periferia del mal (Gadafi y todos los Olivos), zonas de piel desprovistas de marcas, vejaciones, cigarro apagado o soplete encendido.  No imagino más, ya que puedo desvelarme…  Pero desde mi humilde morada, he querido deleitar las botas nuevas: "Mustang 49.99 euros" en la venganza simbólica referente a mi origen de oprimido.
 De pequeño justifiqué mi vocación hacia la medicina veterinaria, en el deseo quirúrgico pero gratificante, que consistía en el dominio de las técnicas adecuadas para realizar la castración.  No usé animales aunque sí, tiré alguna piedra.  Mi paciente a tratar era aún más seductor, por eso me reservé.  Lamentablemente no conseguí llevar a cabo mi plan, que para algunos aborrecedores de la vida era inapropiado, mucho… tanto, que mi madre tuvo que dar las elocuentes y marcadas justificaciones que, entre gritos, el bombillo de la sala oscura arrancó.
 La muerte prefiere ocho meses de sangre y pánico, (para quien no abandona su hogar) a un catarro.  El insecto resiste en el sótano si este significa limbo, maldición, sobrevivir… y el objetivo de exterminar: borrar cada opositor desde la alcantarilla, el palacio o la isla.  ¡Vivir por matar es vivir!
  Mi amiga, que es de los confiados en la muerte del gigante, no restringe su sueño ni voltea la cabeza cuando camina. Ella de claustrofobia tiene poco. No sabe que aquí, en el balcón del mundo, también escalamos la cuerda de humo que desprende la vela, y es fácil caer aún más bajo en esta comedia sin gracia, que suponiendo que exista, sólo nos atribuye el pecado.
  El pecador, (según mi iris) no es la persona que se ajusta al concepto que enseñan en las escuelas.  Creí que solamente se les llamaba así en mi isla. Para mí, “pecador” no es más que un muerto: camina, paga impuestos, sangra, ah, y también vota de una forma democrática, ya que la montaña rusa es lo suficientemente perversa para asegurar el suicidio. Algunas son más efectivas que otras.  También las hay de largo o corto plazo, pero si no se detienen desde nuestra famélica muerte, el producto es abominable. Así, sin más, me dispondré a clasificar desde mi tumba, el color de nuestra linfa en estrecha relación con la muerte, los muertos vivos y el sentido común.
  Muchos entienden por Muerte, la imagen espectral denominada "Parca", de la cual el cine ha puesto en taquilla cientos de veces, a la espera de la tan codiciada estatuilla bañada en oro, estupenda para remplazar el supositorio, que muchos, desde su modesta homosexualidad, lo consideran un objeto desechable comprado en las tiendas de souvenir. Confío que sea estimulante. Sobre “La Parca”: ¿va el mito más allá de Disney Marca Registrada? Sí, es nuestro babe, la virtud más definida que podemos encontrar frente al espejo.
 La Muerte, para quien no sepa el significado de "Parca", pero sí, el mecanismo de acción del gatillo o más contagioso aún: la forma de lamer la bota del criminólogo, del asesino o dictador. Esos, que con tal de poner calabazas a las velas o velas a la foto del hijo que habló de más de la mujer  que lloró  muy  alto  al  ser violada (contra-natura), aplauden la actuación del flagelo, que mientras entra y entra, ellos aguantan la pata. Justificando su dosis de cobardía en una ultrajante verdad, no dan más al amo porque las moscas no saben nadar.
 He analizado la psicología del malvado o vecino vivo, tan audaz que sólo es diferenciable el tiempo restante de no-vida cuando toca a nuestra puerta. Depende del grado de aclamación que reciba: medio, medio alto hasta ser nombrado Dios, o es Dios mismo quien lo bendice y tira las bragas al escenario.  Entonces, la puerta deja de ser acariciada con el intrigante campaneo al ser sucedida, perforada y derribada por la última visita.
  "Muertos": amplio abanico de sustancias que, fuera del conocimiento general y a modo de sistema preventivo de sustos o fobia, el humano anormal (tipo de muerto que explicaré cuando regrese inspirado de la ventana) ha concebido como “espíritus”.  Así el abuelo, víctima de un corazón frágil, mueve el sillón bajo la esotérica mirada del crédulo, quien refiere desde su acostumbrado sentir, un escalofrío o beso eléctrico cuando sobre-ocupa el desgastado cojín sin dueño.  No creo que el alma del abuelo mantenga su consumo de viagra o estimulantes, ya que a los sesenta años dejó de utilizar su apéndice y sería muy relevante que un culo, no más vivo que el crédulo, despertara la espina dorsal que etérea balancea el sillón.
 También están los muertos de las fiestas, los cuales recogemos en camposanto para llevar hasta el pulmón de la ciudad.  ¡Qué sarcasmo!  La cara se debe pintar para ser surrealista.  Aconsejo los pigmentos grises, verdes y azules, pero no el rojo sangre, tampoco el amarillo hepático...  Para una ocasión en que la muerte resulta divertida, recomiendo un buen disfraz.
  He expuesto dos tipos de muertos: esos que atormentan rara vez o nunca.  Ahora hablaré de los otros: los vivientes.  Atención: no entran en esta lista quienes, a fin de mes, la crisis, el novio de su hija, (inquilino con boca y adicto al letargo de la ducha, mas no pone un tornillo ni enciende la calabaza en Halloween). Tampoco aquel que disfruta metiendo en su nariz el tuétano de los colombianos, además de mantener viva a la puta, al tabernero y esporádicamente al marica gracias a la iglesia o al gobierno, tal margen de vida sólo hará que me distraiga, a ellos, no les falta insulina y mucho menos aire.  Cosa que me alegra. La envidia que siento cuando los veo me recuerda que pude nacer vivo.

 Para terminar la definición del concepto "muerto" antes que los insectos reciclen mi materia, que por desgracia no tiene muchos usos más allá de la muerte, divagaré sobre los más comunes pero siempre barridos estadísticamente hacia la alfombra.  Nosotros recibimos la casta de "no-muertos" aunque, también, la de "muertos vivientes" en su forma más guay, la americana, que desde su experiencia nos llamó "zombis".
 El muerto en vida es natural del planeta tierra.  Su propagación, que en principio corría de manos con la codicia de los vivos, se escapó y ahora se transmite de un muerto viviente a otro hambriento.  El producto de esta fórmula recae en el “zombi”, el penúltimo eslabón, ya que el broche a esta encadenada esclavitud, soy yo.  Seguramente mi insignificancia en cuanto a producción bruta, la cual no llama a los vectores del virus dólar, o euro (nombre genérico: papelito zombificante) me permita disponer de tres - cuatro horas (no pagadas quizás por ser el muerto más menudo, pero sí sufriente) para relatar la actualidad del “no-hombre” mientras me burlo en un ataque de ansiedad.  Se ha acabado el tabaco y eso hace la muerte aún más dolorosa. Además, añado a mis heridas la cuenta creciente de sobrantes, los cuales tampoco nacieron vivos, ni siquiera tienen la desgracia de sufrir su siempre rentable condición de oferta petrolífera (para el vivo… siempre para el vivo) que asciende a mil negros o blancos por barril.  Son las violetas crecidas en dietética hambruna, que ya desbordan desde el sur hacia el norte, como si devolviesen las bolsas de chuches o excrementos, el espejo roto que recibió el indígena a cambio de maíz o el óxido que dejaron las cadenas en los cuellos, cuando no se conocía la duración de vivir muriendo, y tampoco la intención de aquellos magnates que guardan billones en cajas de
metal (CHANEL)  y necesitan inmensos palacios donde disipar el fétido olor de sus costumbres o una cama grande, repleta de chiquillas masturbándose frente su imaginación porque el peso del dinero oprime su diminuta polla.


 Reutilizo el dictador, el olivo, la marcha de armamento de quien sabe o teme el mal que siempre hace entre los aplausos de hormigas (también no-muertas) las cuales prefieren callar su voz ante el contraataque del cañón, para no dejar “salir” a su familia de esta discrepante protección que sólo protege de la verdad.   Y no se confundan: ¡no es la de los vivos!  Por eso se dirigen a la plaza (tantas plazas como profetas) para juntar las manos y recoger el semen, para frotarlo en las caras: unos a otros.  En este caso, reitero su condición de no-muertos, errantes en esta puta vigilia, los cuales, según el grado de infección pueden elegir o no, qué color hace juego y es más propenso o cercano a la mierda, pero esta es la misma.

 Confío que Internet le separe las pestañas a mi amiga, además de propagar parte de mi muerte, antes que vengan a arrebatarme de la fiesta de artrópodos, que me digieren lentamente por ser mierda de buena calidad (buscar mi certificado de autenticidad en los archivos del INEM) y extraer de la ley natural "El sentido común" el cual, por suerte para vos, asfixiado en mi protuberante perfume (azufre de zombi), cierra mi garganta y me entierra para siempre. Digamos que es un logro mutuo mientras que la revolución no lo escuche y también se lo quiera adjudicar.
El sentido común le dice al muerto viviente: “¡Jódete!”
El muerto le dice al vivo: “Te espero”.
Y el vivo… el vivo llegó con ansias de ser eterno.

miércoles, 26 de octubre de 2011

O

                   Muerte en clímax

¡amor!
            desatado de todo soy
con un anillo en tu dedo.

¡el sexo!
             oh.

no se
si sabe a coito
tanto     para morir
                pero si morir por domarle.

llevo jersey
de lana para colgar de tu dedo
                     balancear la respuesta
a tanta provocación
que regala tu presencia.

corre que voy
             más seguro que siempre.

consumamos la foto nupcial
que envejezca nuestro futuro.
                                                                                   áaaahhhhhhh.

martes, 25 de octubre de 2011

Campesina

vomitas estruendos
si duerme el odio
uncido al día.

los ángeles caen
sin tomar el aire
                       aún
si la mano empuja  ¡llega tarde el grito al vivo!

siembra tu alma
para lanzar semillas
donde puedas mejorar el suelo
                    el amanecer tardío brota en tu letra verde.

                                                             (inspirado en el poema "Creo" de Eli)

Exodo, de nombre

Exodo, de nombre.


Como todo buen poeta
                          soy fumador.
no consiento a las plegarias
de ninguna lombriz esconderse
en mi cenicero.

(con banderitas rojas
o azules)                                ¡cuidao!

dicen que las manzanas son buenas para el vértigo.

¡cuidao!

no sé si
mi isla se baña entre manzanos
o ya
los peces picaron la carne
                    bueno
                                          algunos llegaron para ser felices.

no bastan pecados que morder
si es tremendo
el subidón en Jalisco Park.
la gente se cuida del vértigo
                                                                 ¿ pero quién nos cuida del señor?

                                                          

jueves, 20 de octubre de 2011

Presentación de la serie: "Crónicas pornográficas de tres vecinos en la tierra"

-Me respaldo, sin querer ser prepotente, en la libertad de verso, tema y métrica anunciada. Pues mi propósito oscila en la innovación del trazo que puedo ofrecer.

Algunos dirán que es obsceno, otros, morirán de risa. Ruego disculpas. Crecí en la tierra de este milenio, y me divierten a placer los traumas sufridos cuando vivo.

Crónicas pornográficas de tres vecinos en la tierra
, apareció como el ciclo que deja mancha en mi cabeza. De haberlo meditado, tal vez no me hubiera atrevido a soltar testosterona, encender un cigarro (bendito) y escribir. No puedo decir que me he esforzado, tampoco que la rotura del cuero del sofá (que fue creciendo) es parte de éste antónimo de obra, el cuál tengo intención de vender. En este momento (0:48.59 milésimas) del tiempo diario que puedo salir al patio, o, en el tuyo venidero, el cual me estrujas contra alguna nalga de reflexión, puedo vocalizar la trampa, o estratagema, o los entresijos de la añoranza ad libitum que solemos degustar. Confío no ser el único en flagelarse con restricciones de todo hábitat o religión, comentarios (censura) de mayores a niños, o bromas de niños a ancianos también infantes, como cuando desde la escalera rodaba películas (censura) a mi tío Jimmy, un mando a distancia era suficiente.

De mi, ¿qué puedo contar? Soy un loco feliz, por no decir cuerdo que se enfada con el sueño todas las noches ( ninguno de los dos duerme) Además, anhelo entrar en la universidad para ser refinado, o patentar más experiencias porno, o no, siempre que Dios lo permita o esté erecto. Uso Dios como máscara ante el buen entendedor, y del que me deja cerca un montón de polillas devorando el libro rojo, también de aquél gordito pintoresco que se siente identificado, del perro, del no tan perro pero si, gato con garras, de la prostituta que nunca visité, por no atreverme, y sobre todo ante mi Venus, para que no mal interprete. Pero Crónicas pornográficas de tres vecinos en la tierra no tiene condones para mentir y sí, mucho karaoke.

Seguramente me entierren, o me encierren en la isla del cuento. Y sólo quede una pared con uñas para dialogar. También existe la diminuta y ubicada en años luz, en el espacio posibilidad de no satisfacer el clítoris del crítico por estar inundando de lágrimas el Cuerno de África, todo es posible según a quién molestes. Aunque no creo que sea tal diluvio, un apunte en la agenda del conservador y menos si aún, no ha mirado el diario de su hija, la libreta amarilla del hijo o la cuenta bancaria del cónyuge o por el hueco de la cerradura, si aún los padres no han puesto la llave, y si tiene, las andanzas del perro, que al mío últimamente le noto alterado. Deberé alertarlo, no sea que termine galante en un grupito de eunucos, y es un Beagle, las crías se pueden vender. Otra vez pido perdón, si mi propósito no gusta a la ecologista o a su novia por no haberle puesto chip; en la tierra hay sitio de sobra para todos, no abracemos la alienación ni los temores de contagio, quid pro quo.

También recuerdo mis quince años sin morder la manzana, que gracias a los gays quedó el camino despejado, y pude de una vez con todas. Ya que estoy hablando, no me callo, y agradezco a aquella amiga, la mulata y a su amiga, por enseñarme la Delicadeza que bautizó Carlos Varela. Espantado de morbos, fue hermoso.


Para dejarles a solas con mi poesía, y de paso liar otro cigarro; agradezco a:

-la tripulación de la "Salamandra".

-los indignados de las "Trobadas" (que son los mismos)

-los lectores de mi revista intermitente y también a quién me provoca.

-a mi familia, la cual no pude cambiar a tiempo en el psiquiátrico

y enemigos, incluso esos que no tengo.

-otra vez a Marlen Denis, por conseguir que me implicara (no se si fueron las siestas o la camisa de inmovilización)

- a Silvia Cano, modelo de todos los acrósticos que he imaginado y compañera vital, si he de sudar la ruptura de un tabú.

M. Alejandro Jaén Socorro

Comentarios

Regateo tardío


si eres un germen aerodinámico
                 tus pocas plumas bastarán
 para suavizar la caída.
ahora que vuelve el otoño
                                  observa las hojas
que atascan la ventana
           siempre busca un rostro sádico
que estorbar.
haz una foto al desahucio
               mejor:
                      ¡no insistas entre antigüedades
o habitaciones "new packet"!
                                     el dolor no se recicla.
                                               ¿para qué guardarlo?
                          ¡tira el puñal!
no le permitas seguir la dieta de vértebras
que mantienen su talla.
quizás un poco de espacio destape auto-perdón
              sutura o glóbulo blanco
presente después de la lluvia.

Verso al recluta

quita el polvo
a la confianza
bordea el barranco
¡vuela!
la salamandra des camufla
orgullo
ante el nuevo recluta

trae la lengua
la hoja
y el alma.

Dos

si los tacos patinan

sobre lágrimas

¿por qué secar

la magia con el vestido?

libera el Sol

ésta vez

cuatro entre dos igual

a la sombra de todos

incluso

el despecho.

lunes, 17 de octubre de 2011

Fragmento de Crónicas pornográficas de tres vecinos en la tierra

el pirata el loro y el timonel

nadie tendió una mano.

la pata yágruma
preludia el solemne respeto.

-¡es Barba Olivo:
domador del séptimo tiburón!

no le mires la escopeta
por menos
se hunden los hombres


-tenemos botín
mujeres con gracia
y algo de rón.

-busco a la nueva perla
negra dijeron que es.

una espalda amplia
siempre satisface el oro.

-¡loro:
que nadie moleste!

viento en proa
a todo mástil.

buena conquista capitán
¡el timonel quedó satisfecho!

sábado, 24 de septiembre de 2011

El enano en la niebla.

hay niebla
como novela escapada
de Stephen King.
no me espanto.
no es tiempo para llevar piedras al lago
tampoco lanzarlas.
sí  !hay niebla!
y no comprendo
el gato afila sus uñas
y grito SOS comando estelar.
ha robado mi cara la sombra
a veces la veo correr
si no me corto.
cuánto he aprendido al evocar mis pasos
acumular culpa en un cigarro
y café para estar en la onda.
ya no soy dueño de la cima
y tampoco de los árboles
ni siquiera de los muros.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Aché para el Fénix

madre forjada en fuego púber
bajo selva de eterno horizonte
           pisas la barba del Sol
e indicas tu dedo
para no enredar la vista.
tus manos
          hijos traviesos de oficio impoluto
para seguir la rima:
             ¡pioneros por el virtuosismo seremos como tú!
justo arreglo para cortar el centenario.
¡oh madre!
aire que bruñe el camino
               con paso firme despejas la duda
de lágrima verde.
¡oye como si lucharas por oriente!
Ochún.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Poema IV de la serie "Evacuado por apagón"

saturado de fobias  excluyo al Granma de mi jaula.

el papel estrujó
la garganta del pregonero
        que trae epopeyas sobre una mosca
-mas bien-
             la succión del estambre
hasta la médula y más allá.

la noticia sorprende
a quién fuera
      está sorprendido.

                                     - ¡es turbio el Caribe!

la despensa busca
un verso creyente
          que halle el espacio de lo que el viejo se llevo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Duende sin trebol

...Y cuando llegó el duende convirtió lo paranormal en cotidiano.
 Con su bolsita de afán echó miserias a la sopa y se apropió de mi casa.
 Las hortalizas perdieron el precio y fueron cambiadas por
 malabares.
 _¡No lo culpes! _exclamó Paciencia.
_Dentro de un caimán perdió su varita mientras odiaba al gigante, y
 fue salpicado sólo con pan.  Repartía optimismo hasta que su luz se
 cansó... ¡Y así está de loco!
 _Lo sé, Paciencia, lo sé.
 _Duende, ¿queda más sopa?

miércoles, 24 de agosto de 2011

La contemplación del enanuco.


                                                  a Silvia.

mis labios
            eterno marco de besos
inquietos
                             salvajes
húmedos ladrones del tiempo.

no existe movimiento más allá de la pauta
que emanas.

flujo necesario que desborda semillas
en instantes largos
                                o corto infinito
naturaleza seductora  anclada a mi.

he perdido la noción de los cuerpos celestes
en mi trazar ignorante de constelaciones ficticias.
        (todas las direcciones conducen al clímax)


presumo de ver cuando vendas mi frente
sin quedar ciego ante la radiación
que dispones.

así se esfuma mi ego
sobre  forma divina
por estar comprometido
a ti

¡oh! creadora de paisajes abstractos
           imagen sin taras
de los hombres derramando
su orgullo en cada imperfección
que me somete.

Sí!          puedo encerrarte en un verso
Imaginarte entrada en años
Lavando mis piedras entre flores.

Vida prometes            más soy inerte si faltas.
Impulso recorriendo mi lecho
Amapola y toda clase de dicha.